Dormimos en la furgoneta de Míchel hasta que los malditos pasacalles nos despiertan a las 8:30h y eso no hay resaca que lo soporte. Pasamos el día hechos unos infraseres, tumbados a la bartola hasta media tarde, en que cada uno vuelve a su camino. Él a Alquézar, al curro, y yo hacia Astorga, aunque sin saber muy bien qué camino tomar. Míchel me recomienda visitar el castillo de Loarre y seguir el río Gállego hasta encontrar algún paraje a mi gusto. Así que eso hago, tras darnos un fuerte abrazo y confiando no tardar otros trece años en volver a vernos.
El castillo de Loarre. Aquí se grabaron los exteriores de la película "El reino de los cielos". Una mierda de película, ya os lo adelanto.
Había que pagar 10€ para entrar, así que sólo lo vi por fuera.
La carretera cruza la sierra de Luna y Santo Domingo. Sigue el río Gállego y está bien asfaltada, menos mal. La geología me obliga a circular a 40 km/h, lo cual no sólo es un placer a la vista, también es un alivio porque voy destemplado por la resaca y tener que ir más rápido calaría de frío mis huesos, todavía más, debido a la humedad del río y la altura de la sierra.
Poco antes de llegar a Biel, en lo más alto del monte, encontré la ermita de la Virgen de la Sierra. Lugar perfecto para pasar la noche. Tenía ganas de volver a pasar la noche a la intemperie.
Aunque parezca el lugar perfecto para cualquier tipo de sacrificio sangriento, fue uno de los mejores lugares donde dormí.
Mis vistas a un lado del campamento.
Mis vistas al otro lado.
Eso es la luna. La jodía me iluminó durante toda la noche como si fuera un foco de la Gestapo.
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