lunes, 10 de noviembre de 2014

02/08/2014

Casas Ibáñez (Albacete) - Calanda (Teruel)

Cuando madrugo suele ser porque tengo que ir a trabajar, así que no me suelo fijar en los bonitos amaneceres. Pero hoy sí puedo disfrutarlo mientras estiro mi dolorido y entumecido cuerpo, falto de costumbre de dormir en el suelo; me he pasado toda la noche dando vueltas intentando encontrar la mejor postura para dormir. Tras hacerme un café y lavarme la cara en la fuente de la ermita, monto en la moto dirección a Calanda. Serán unos 300 km y, a mi ritmo, todo el día subido en la moto.

Para mi sorpresa, hace fresquillo, lo cual me mosquea un poco porque no he traído más ropa de abrigo que una rebeca y los vaqueros. ¿No se supone que estamos en agosto y toda España está a 35ºC? En Ademuz tengo que hacer un alto porque chispea y nunca he llevado la moto con lluvia, pero en cuanto los nubarrones pasan de largo enseguida vuelvo a la carretera. Sin embargo según adelanto el camino, nuevas nubes grises ensombrecen el cielo y dejan caer más agua sobre mí. Afortunadamente me he traído un chubasquero de esos de usar y tirar, de esos que plegados caben en cualquier bolsillo, y me lo pongo. Pero nada más arrancar, una ráfaga de aire entra por las mangas y me lo abomba hasta reventarlo y hacerlo jirones. Resultado: me chopo entero. Encima, la carretera se está mojando y no tengo práctica en conducir sobre suelo mojado y no quiero pegarme una leche. Cuando paso bajo las nubes, la lluvia me moja el casco, y cuando el tramo está despejado, las gotas de la visera del casco se secan y se enguarra más. Así que tengo que ir parando para ir limpiándolo porque no veo nada. No me queda otra que ir chafando huevos, huyendo de la intermitente lluvia y refugiándome en gasolineras porque, encima, mi rebeca empieza a estar mojada y empiezo a temblar por la pérdida de calor. En las subidas de puertos de montaña hay momentos en los que sólo llego a 50km/h y no veo indicaciones hacia Calanda, así que, empapado y helado, voy todo el rato mosqueado porque no sé si voy por el buen camino.

Al fin llego a Calanda. Cuando bajo de la moto me tiemblan las piernas, no siento el culo, tengo las manos agarrotadas y mi cuerpo entero está magnetizado por la energía electrostática: tengo todos los pelos del cuerpo erizados. Esta noche la paso en un hostal y agradezco una ducha de agua caliente.



Esto es lo que hay nada más llegar a Calanda.






El pub Viridiana, como la película de Luis Buñuel. Si no la has visto, deberías verla.


De haber tenido esta moto, hubiera hecho el viaje de todas maneras.


El busto de Luis Buñuel. Aquí es toda una institución.


Coincidí con una muestra de cine surrealista, pero no me quedé a ver ninguna peli.


Detalle de Calanda.





















2 comentarios:

  1. ¿Y no te tomaste un café con Buñuel-o? jajaja. ¿Y por qué no te aguantaste hasta ver una pinícula?

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